Vacaciones atlánticas
Cuando empieza el verano la imagen de la playa comienza a instalarse en nuestras cabezas y nuestros corazones. Una leve brisa nos recuerda el aire de mar que hacemucho que no respiramos, el sol nos lleva de improviso a la toallita sobre la arena y el retumbar del bondi ya nos parece un revoltijo de ola... Todo nos acerca al mar y sus glorias. Después de unos cuantos días de penar en la ciudad, se parte finalmente. Un bolso cargado de sabe Dios qué cosa, porque en verano, y sobre todo en la playa, se necesita realmente poco para sobrevivir (y es eso justamente lo que nos hace felices), y las ganas del sol, la arena, y el mar nso acompañan a Retiro. Es acá donde empieza... Docenas de personas que van que vienen, que te pasan por encima, que se agolpan por meter sus bolsos en el micro, para qué, no losé, si después quedan atrás de todo y te lo hacen pelota poniendole encima otros bolsos... Pero no importa, vamos rumbo al mar, nada puede arruinar eso... Llegamos... ¡¡¡Llegamos!!! Mientras entramos al hotel nos estamos sacando la ropa, mientras abrimos el bolso nos ponemos la malla y así, a los saltos, llegamos a la puerta del hotel, todavía poniéndonos las alpargatas y a correr!!! El mar espera!!! Ganamos la playa en una carrera que nos deja sin aliento (ya no somos tan pequeños saltamontes) y nos sacamos las alapargatas para sentir la arena sin dejra de correr (lo que casi logra que nos matemos y nos gana las miradas de tooooooda la playa). Con una mirada de maravilla increíble nos tragamos el paisaje como si fuera la primera vez que estamos ahí, y en un acto de coraje inaudito... ¡¡¡Nos metemos al mar!!! Convencidos de que el primer día lo amerita y con la convicción de que en las costas argentinas el primer día de sol puede ser el útlimo, salimos temblando y casi azules, pero felices. Y así se persiguen los días: se corren unos a otros y nos parece que nunca duran lo suficiente... Ah! Las aventuras playeras: el vivo que llega a la playa a las 12:30 y te planta la sombrilla justo enfrente tuyo, la gorda de 100 kilos con bikini, el mismo vivo de las 12:30 a las 5:30 hecho tomate porque no se puso bronceador, la que sacude la toalla al viento y te tira toda la arena, los nenes que corren entre la gente tirando arena, el día de 40º y el agua de -40º, el agua de 20º y el pozo gigante con la corriente que te tira hacia adentro, las noches viento frío que calan sobre la piel bronceada, la lluvia torrencial inesperada, el de la guitarra y las canciones de sui generis, los que juegan al fútbol con marea alta... No si las vacaciones en las costas argentinas son toda una aventura... Pero aun así cuando volvemos nos parec poco, lo extrañamos y ya queremos volver... |