Wednesday, January 02, 2008

Crónica de un amor viceral

Ojalá Pudiera decir qué se siente cuando se acaba el mundo. Para eso no hay palabras. Eso sí, se siente frío y mucho. Creo que es lo único. Hambre no, sed. La sed es lo peor, pero creo que eso es por que me tomé tus vinos. Perdón, pero no podía dormir. Y no dormí, no duermo, aunque quisiera, aunque lo quiero. Lo peor es que el mundo no se termina y que tengo que seguir. Seguir viéndote, en todas partes, aunque no estás. En este cuaderno en el que escribo, el que vos me regalaste, en la lapicera, que era tuya, en mis zapatos, en mi vestido, en la heladera, en el mate que me regalaste, en las galletitas, en mi cigarrera, en mi ropero, en mi biblioteca, en mi cama, y no estás. Me tiembla todo, me duele todo, y mucho. Y escucho el teléfono, y no, el timbre y no, tus piedras en la ventana y la abro y no estás. Y escucho tus pasos y ruego que seas vos, que vengas, que me abraces y me digas que todo va a pasar, y no. No quiero llorar y lloro y mucho. Junto tus cosas y las vuelvo a ordenar, pienso que vas a volver y no. Y me pongo tu camisa, por que al final llega el sueño. Y llega, pero no duermo y te amo. Tengo frío y me duele. Nadie viene, nadie va a venir. Me duele, puedo sentir como me come. Me está comiendo. Es mi amor viceral.

Tantos analistas dicen que...<

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a name="c8145634264074225834"> Blogger Mr Montoto said...

Así, a las patadas después, me lo como al mundo. Es que el muy cretino nunca se termina cuando debiera terminarse, hace rato, claro está, y próximamente, le garanto.

6:57 AM  
a name="c1503131240152971865"> Blogger Myna said...

eso espero...

1:33 PM  

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