Monday, February 27, 2006

La luz y la oscuridad

Hoy no voy a escribir. No se cuándo lo volveré a hacer. Tengo mis motivos. Son dos.
El más débil es que estoy triste. Este motivo en realidad es una excusa, todo el mundo sabe que cuando se está triste o se es infelíz salen cosas mejores que cuando está alegre.
El segundo motivo es muy poderoso. ¿Cómo voy a escribir después de lo que ya escribió Nietzsche? Está en la página principal porque es necesario que lo lean todos. Nadie en el mundo podrá objetivar las realidades como lo hizo él en esos párrafos. El problema de tener mucha luz es que el mundo queda absurdamente oscuro. Por eso se volvió loco.
Estoy abatido. Los convido a que lo lean y comenten porque no tiene desperdicios.

Sunday, February 12, 2006

Vómito I

¿Acaso redimiste todo, algo? Son las tres de la mañana de un día en el cual me decidí a escribir. El alma no transpira, porque no la tengo, porque me rehuso a tenerla. Quiero vivir sólo conmigo, soy el que más me comprende y el que menos me tolera. Conmigo, para aquellas personas circunscriptas a la oscuridad, quiere decir con todo lo que poseo. Es más, no sé por qué mierda les estoy explicando algo a ustedes, algo que nunca van a entender. Ustedes, que en sus mentes inmersas en mares de mierda y basura dan brazadas frenéticas para limpiarse, para poder salir a flote de un vaso de agua.
Nada se compara, nada se me compara. ¡¡ME HACES FALTA!!
No creo que puedan entender, a vos y a vos les estoy hablando. Tengan cuidado, que todo lo que puedo decir es mentira, y todas las mentiras que puedo decir son mi verdad, son mi vida. Fumo, prendo parisiennes tras parisiennes, los estrujo entre mis dedos, los fumo con ansiedad, como si supiera lo que estoy escribiendo, como si me incomodara. Quiero despertar en sábanas rotas.
Hay un cuadro, es uno impresionista, que me desvela, que me aturde, me desespera. Es un número. Una nada, un vacío. Todo lo que escribo tiene un ánimo, una animosidad, un destinatario. Soy yo, siempre yo, siempre yo.
(¡Ojo! mentes agudas)
Ya lo apagué. Duró lo que tardaron en leer. Voy a fumar hasta que comprendan. Éste es el momento, no existe otro. ¿Pueden sentir el olor a SANGRE? Es lo que respiro, es lo que sé, es lo que soy. ¿Nunca desearon que se vayan todos a la CONCHA DE SU MADRE? ¿Qué esperan para irse ustedes? Yo los voy a estar esperando con una hoz en el bolsillo de mis jeans descosidos.
No más. Say no more dije en otra oportunidad. Tengo montones de cosas que me obligué a hacer y las tengo que hacer porque si no no soy nada. Lo mejor es que no quiero hacerlas, porque me siento que debo ser eso que me dicen que soy, al momento en el que debo serlo. Y de ellos, lo que más me gusta, es que me chupan bien la pija. Pero parece que no, porque si no, no las estaría planteando. ¿O estoy loco? ¿O no? Quién sabe y a quién le importa. A mí.
¿A mí, qué? ¿Qué te importa? Ahoramedesdoblé, y ninguno de los dos tiene nada para decir. Ni vos te lo crés. Somos el mismo pelotudo, pelotudo.
No podés engañarme. No quiero. Te pasan cosas. Estoy vivo. Estás dispuesto. Que sé yo. Decime vos. Estás dispuesto. Entonces para que preguntás. No pregunté. Lavate las manos. Con tu agua. No se puede. Es lo que querés. No se puede. Es lo que creés. SANGRE. Encendí otro parisienne.