Crónica de una amor viceral II

El corazón late en la garganta de noche. No duermo. Puedo escuchar todos los ruidos. Hay un insecto en mi cuarto, siento como vuela, no lo veo y escucho como choca contra las paredes. Suena el teléfono y no sos vos, ya no sos vos, nunca más, ahora ya sos un extraño. No te conozco y sí. No vas a volver, ya lo sé. Los dos lo sabemos, pero no lo puedo decir, no hay palabras, ya te lo dije el otro día. Salgo. Todo pasa o no me pasa, como una película. Hoy soy expectador. No me veo. No me encuentro y me hundo. Necesito aire y mucho. Me ahogo. Sale el sol y vuelvo. Tomé todo lo que encontré, pero no hace nada, ya no puedo sentir nada, nada. Y lloro. Siento como me come, mi corazón late ahora en la cabeza y no duermo, otra vez. Otra vez todo, todo menos vos. Llega mi sueño y te ví, en los sueños. Ahora sos una foto, mi amor viceral.

Crónica de un amor viceral

Ojalá Pudiera decir qué se siente cuando se acaba el mundo. Para eso no hay palabras. Eso sí, se siente frío y mucho. Creo que es lo único. Hambre no, sed. La sed es lo peor, pero creo que eso es por que me tomé tus vinos. Perdón, pero no podía dormir. Y no dormí, no duermo, aunque quisiera, aunque lo quiero. Lo peor es que el mundo no se termina y que tengo que seguir. Seguir viéndote, en todas partes, aunque no estás. En este cuaderno en el que escribo, el que vos me regalaste, en la lapicera, que era tuya, en mis zapatos, en mi vestido, en la heladera, en el mate que me regalaste, en las galletitas, en mi cigarrera, en mi ropero, en mi biblioteca, en mi cama, y no estás. Me tiembla todo, me duele todo, y mucho. Y escucho el teléfono, y no, el timbre y no, tus piedras en la ventana y la abro y no estás. Y escucho tus pasos y ruego que seas vos, que vengas, que me abraces y me digas que todo va a pasar, y no. No quiero llorar y lloro y mucho. Junto tus cosas y las vuelvo a ordenar, pienso que vas a volver y no. Y me pongo tu camisa, por que al final llega el sueño. Y llega, pero no duermo y te amo. Tengo frío y me duele. Nadie viene, nadie va a venir. Me duele, puedo sentir como me come. Me está comiendo. Es mi amor viceral.

Un mundo de pañuelos

Que la vida es un pagnuelo, es algo que ya sabemos, pero, esta vez, mis queridos lectores, no van a poder creer cuán chiquito es. El tiempo puede ser un día cualquiera y el lugar es, por supuesto, la fantabulosa ciudad de Los Buenos Aires, ese lugar dónde todos los senderos se bifurcan y donde todo parece poder pasar. Nuestro personaje puede ser cualquiera de nosotros, pero es él. Otra vez se levanta temprano a la mañana, el café se quema, sale tarde y sube al bendito bondi que lo lleva cada mañana a su desafortunado destino. Los pasajeros son casi siempre los mismos, y a decir verdad, siempre los mismos: mujeres embarazadas y mujeres con niños, hombres que se hacen los dormidos para no dar el asiento, viejos y viejas, y no tan viejas que se hacen las jovenes pero que quieren que les den el asiento y como no se lo dan le hacen sentir a todos que están incómodas mientras se cuelgan del techo. Nada especial, como verán. Nada de Hoy puede ser un gran día y esas cosas. Todos de mal humor, con cara de pocos amigos y ni se te ocurra escuchar un Perdón cuando te pisan, ni un Permiso para pasar. Es en este momento en el que nuestro amigo se hace esas preguntas filosóficas, las mismas que todos nos hacemos en estas circunstancias: ¿que pasó en mi vida para que yo termine en este lugar? ¿dónde quedaron mis sueños? ¿en qué momento me olvidé de que yo quería ser bombero? ¿cómo terminé haciéndo esto? (porque siempre es Esto, eso tan asqueroso que ni siquiera se puede nombrar) ¿cuál es el profundo sentido de la vida? ¿existirán los extraterrestres? ¿por qué no arrancamos? Y no arrancamos: se rompió el motor del bondi, y a intentar subirte al que viene atrás igual de lleno que éste. Y mientras maldecís tu puta mala suerte y te rascás la cabeza y descubrís que te contagiaste piojos ¿qué más le puede pasar? Y siempre puede pasar algo más, y, a veces, hasta pasa. Y pasa que te encontrás con un Alguien, con ese Alguien que decidió traicionar tu confianza, con ese Alguien que decidió sacarte de su vida. Resulta que también está intentando colgarse del colectivo, como él, y resulta que ese Otro lo vió primero y que lo está viendo, pero no amaga. Y ahora la situación incómoda ¿me saludás o te saludo? Y nuestro amigo baja la cabeza y no lo saluda. Cuando logra colgarse de la puerta del bondi, continúa con la reflexión profunda: ¿y si hubiera salido más temprano? ¿y si me hubiera subido a otro bondi? ¿y si hubiera hecho la gran Llamo y digo que estoy enfermo? ¿y si no me hubiera levantado? ¿tenía que saludar o no? Piensa que no. Piensa que el Alguien le robó su derecho, ese derecho que todos tenemos de dar vuelta la cara. Aunque tal vez no la hubiera dado vuelta. Y llega la parada. Y se baja. Y busca los puchos en el bolso. Y descubre que su bolso tiene un tajo. Y encuentra los puchos y la billetera. Y él que no lloraba ni en el cine, que no lloró ni cuando se le murió el gato, en ese momento, en ese preciso momento y no en otro, ahí, antes de subir a la vereda, sacó el pagnuelo por el tajo del bolso, y no tuviste más remedio que usarlo. Es que los pagnuelos son para eso.

Ai si ded pipol

Prendo la tele. Intencionalmente, pongo telefé un jueves al término de Hechizada (basta de remakes de sitcoms porteñizadas!!!!) Mi objetico es claro: Gran Hermano 2007, día de nominaciones, resumen de la semana y conducción de Rial.

Primera impresión: tiene todo. Un gay, otro reprimido y que lo quiere desreprimir el gay consagrado. Una mina que quiere ser famosa y se la pasa mostrando las tetas (disputando el lugar de yiro con otra que aparentemente se movió al Diegote -según lo que cree Rial- y que todos sabemos que se la movió porque, vaya novedad, el Diegote se movió a todo el mundo)
Hasta aquí: fórmula harto conocida, QUILOMBO-SEXO-FAMA.

Segunda impresión: aparte de todo tiene más. Un tipo que se pasa la vida (y se la gana) transportando gente que la perdió. Un rubio con cara de nada y una poronga gigante que trabajaba en el Golden (que se pelea con otro porque no quiere usar la camiseta de ñuls). Una mina que tira las cartas para ver quien se comió un pedazo de torta.
Se agranda la fórmula: MORBO-PODER-MISTERIO.

Tercera impresión: no deja de tener cosas. Un ex presidiario reinsertándose en una sociedad transfigurada. Una mina que le dice a otro que es retorcidito. Un tipo que cae bien porque se caga delante de todos. Un teléfono (bien al estilo Batman-Comisionado Fierro) que suena y trata de poner a todo ese mundo en jaque.
Miren qué fórmula: ILEGALIDAD-CONFLICTO DE CLASES-ESCATOLOGÍA-SADISMO.

Última impresión: Un peluche crucificado por sus compañeros. Rial metiendo el dedo en la llaga.
Fórmula: RELIGIÓN-RIAL.

ADVERTENCIA: en este programa lo mejor es Rial.

¿Quién se puede escapar de esto?

Consideraciones Intempestivas III

¿Alguien más tiene la sensación que el programa "Ser" es perfectamente compatible con casi cualquier alimento?
Es decir, si me tengo que matar haciendo dieta, comiendo sano y ejercitando todo el puto día ¿no podría comer en vez de dos yogures dos pedazos de pasta frola, por ejemplo?

Consideraciones Intempestivas II

7. De lo que no se puede hablar hay que callar.

Si lo hubiera dicho mi abuela, me traería graves conflictos de interpretación. Sin embargo, el número precedente a la sentencia corresponde a una proposición del Tractatus Logico-Philosophicus, de mi amigo Ludwig Wittgenstein, en donde adquiere grandes consecuencias.
Siguiendo a Dolina, la pregunta, entonces, sería la siguiente: ¿se puede hacer Filosofía en pantuflas? -

Consideraciones Intempestivas I

Siempre que se busca algo se lo encuentra en el último lugar dónde se lo busca.

Y claro, pelotudos!!!! Si lo encontraron, fue el último, de lo contrario lo seguirían buscando. ¿O van a seguir buscando después de encontrarlo?

Me revienta la boludez.